miércoles, 2 de noviembre de 2011

Capitulo 11 y 12.

11.  ECUMENISMO
ANTE LAS DIFERENTES DENOMINACIONES
PROTESTANTES



1.      Canto inicial:           
Juntos como hermanos,
miembros de una Iglesia,
vamos caminando
al encuentro del Señor.

2.      Oración inicial:  Salmo 5: Oración de un justo perseguido

Señor, escucha mis palabras,
atiende a mis gemidos,
haz caso de mis gritos de auxilio,
Rey mío y Dios mío.

A ti te suplico, Señor;
por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa,
y me quedo aguardando.

Tú no eres un Dios que ame la maldad,
ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia.

Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos;
al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor.

Pero yo, por tu gran bondad,
entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo
con toda reverencia.

Señor, guíame con tu justicia,
porque tengo enemigos;
alláname tu camino.

En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso;
su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua.

Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno;
protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre.
Porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor.

3.      Introducción:

¿Por qué han surgido tantas iglesias y grupos religiosos, hasta musulmanes, entre nosotros? Chiapas es el Estado que tiene más protestantes o evangélicos, de muy diversas denominaciones, divididos entre ellos mismos; sólo el 58% son católicos. ¿A qué se debe? ¿Qué hacer y cómo relacionarnos con ellos?

Hay muchas razones. Durante siglos, los católicos estuvieron poco atendidos pastoralmente, por falta de sacerdotes y religiosas. Nuestro pueblo es muy religioso, y si nosotros no lo atendemos, llegan otros y les ofrecen una religión, la que sea, y la aceptan. A partir de la segunda mitad del siglo pasado, se han promovido catequistas, animadores, diáconos y muchos otros servidores, que han colaborado en la evangelización, y por ello se ha detenido la deserción católica. Sin embargo, la situación actual es de una gran pluralidad religiosa, y debemos aprender a convivir como hermanos en Cristo, respetando nuestras diferencias y la libertad religiosa que cada persona y grupo tiene reconocida ante la ley civil y canónica.

4.      Lectura bíblica: 1 Jn 2,7-11
            Después de la lectura, se deja un momento de reflexión y oración personal en silencio.

5.      Exposición:

a)      En lo que están unidos y de acuerdo los hermanos de otras religiones cristianas es en atacar a la Iglesia Católica. Cada quien se presenta como la verdadera religión. ¿Cómo saber cuál es la verdadera Iglesia, la fundada por Cristo? ¿En qué elementos estamos unidos y de acuerdo, y en cuáles no? ¿Qué tenemos en la Iglesia Católica, que no tienen ellos? Veamos algunos elementos de lo que Cristo hizo y ordenó.
b)      Mc 16,15-16: “Vayan por todo el mundo, prediquen el Evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará”. Los protestantes creen en Jesús, predican el Evangelio y son bautizados como nosotros. Hasta aquí, más o menos vamos de acuerdo, aunque algunos no creen que Jesucristo es Dios, y otros no bautizan en nombre de la Trinidad, sino sólo en el nombre de Jesús. Nosotros consideramos válido su bautismo, si lo hacen como Jesús ordenó: En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,19); pero ellos no consideran válido nuestro bautismo y los vuelven a bautizar.
c)      Como vimos más ampliamente en sesiones anteriores, en la última cena Jesús instituyó la Eucaristía: Lc 22,19-20, y ordenó que hiciéramos lo mismo. Así lo transmite San Pablo: 1 Cor 11,23-25. Es en la fracción del pan donde Jesús se manifiesta con toda verdad a los discípulos de Emaús: Lc 24. La Eucaristía, descrita como fracción del pan, era celebrada por la Iglesia primitiva: Hech 2,42; 20,7. Los hermanos protestantes carecen de la Eucaristía, y Jesús dijo que quien no se alimenta de su Cuerpo y de su Sangre no tiene vida eterna: Jn 6,48-58. Se quedan con la Biblia, que cada quien interpreta según su criterio personal, cuando no debe ser así: 2 Pedr 1,20.
d)     Jesús instituyó una sola Iglesia, asentada sobre Pedro: Mt 16,18. A Pedro le han seguido en el mismo servicio de presidir la Iglesia los distintos Papas a través de la historia. Por tanto, reconocer al Papa como Sucesor de Pedro y aceptar su ministerio de presidir la caridad fraterna y la confirmación en la verdadera fe, es signo de ser verdadera Iglesia de Jesús.
e)      A los apóstoles Jesús confió la facultad de perdonar pecados: Jn 20,22-23. Es Dios mismo quien perdona los pecados, por mediación de los obispos, que son sucesores de los apóstoles, y de sus colaboradores, los sacerdotes. Los protestantes rechazan este sacramento, instituido por el mismo Cristo, porque dicen que un hombre no puede perdonar pecados, sino sólo Dios. Pero Dios, en Cristo, confió manifestar su misericordia con los pecadores, por medio de otros pecadores.
f)       Jesús nos dejó a su Madre y élla siempre cuida a la Iglesia: Jn 19,25-27; Hech 1,12-14. Quien no acepta a la Virgen María, rechaza a la Madre de Jesús.
g)      Sin embargo, somos hermanos por la fe en Cristo y mucho de lo que tienen y hacen los protestantes lo tomaron de nosotros. Amémonos como hermanos: Jn 13,34-35 y pidamos al Espíritu Santo que construyamos la unidad que Jesús quiere para su Iglesia: Jn 17,21.
h)      ¿Cómo actuar ante los protestantes cuando nos visitan y nos quieren envolver con sus palabras? San Pablo le advierte a Timoteo que tenga cuidado, porque “algunos apostatarán de su fe y se entregarán a espíritus engañadores”: 1 Tim 4,1. Por ello, le pide no entretenerse en discusiones de palabras: 2 Tim 2,14.23-26. En cambio, le urge perseverar en la fe: 2 Tim 3,14-17 y dedicarse a la Palabra de Dios: 2 Tim 4,2s.
i)        El Papa Benedicto XVI, en su último viaje a Alemania, en una celebración con la iglesia evangélica en el exconvento donde Martín Lutero fue ordenado sacerdote, dijo:

“El pensamiento de Lutero y toda su espiritualidad eran completamente cristocéntricos. Para Lutero, el criterio hermenéutico decisivo en la interpretación de la Sagrada Escritura era: ‘Lo que conduce a la causa de Cristo’. Esto presupone que Jesucristo sea el centro de nuestra espiritualidad y que su amor, la intimidad con Él, oriente nuestra vida.

Lo más necesario para el ecumenismo es sobre todo que, presionados por la secularización, no perdamos casi inadvertidamente las grandes cosas que tenemos en común, aquellas que de por sí nos hacen cristianos y que tenemos como don y tarea. Fue un error de la edad confesional haber visto mayormente aquello que nos separa, y no haber percibido en modo esencial lo que tenemos en común en las grandes pautas de la Sagrada Escritura y en las profesiones de fe del cristianismo antiguo. Éste ha sido el gran progreso ecuménico de los últimos decenios: nos dimos cuenta de esta comunión y, en el orar y cantar juntos, en la tarea común por el ethos cristiano ante el mundo, en el testimonio común del Dios de Jesucristo en este mundo, reconocemos esta comunión como nuestro fundamento imperecedero” (23-IX-2011).

6.      Meditación-Oración:

a)      En forma personal y en silencio, reflexionar qué me dice la Palabra de Dios. ¿Qué significa para mí pertenecer a la Iglesia Católica? ¿Estoy seguro de mi fe, o tengo serias dudas? ¿Me esfuerzo por vivir conforme a la Palabra de Dios? ¿Cuál es mi actitud ante los hermanos de otras religiones? ¿Qué me hace pensar que hay tantas religiones entre nosotros y que algunos católicos nos abandonen?
b)      En pequeños grupos, compartir lo que cada quien ha meditado.
c)      En plenario, quien quiera libremente le habla al Señor, para darle gracias, adorarle, alabarle, pedirle perdón y hacerle súplicas.

7.      Compromiso:
¿Cómo puedes ayudar a tu familia, a tus amistades y a tu comunidad para que estén más firmes en su fe católica? ¿Cómo promover más el respeto entre las diferentes religiones, tanto en las familias como en las comunidades? ¿Qué podemos hacer para caminar hacia la unidad que Jesús quiere?

8.      Canto final:
Todos unidos, formando un solo Cuerpo;
un pueblo que en la Pascua nació.
Miembros de Cristo, en Sangre redimidos,
Iglesia peregrina de Dios.




12. DISCIPULOS Y MISIONEROS


1.      Canto inicial:           
Sois la semilla que quise escoger,
sois la antorcha que debe alumbrar;
sois vino nuevo que empieza a granar,
testigos que voy a enviar.
Id, amigos, por el mundo,
anunciando el amor.
Id llevando mi presencia,
con vosotros estoy.

2.      Oración inicial:  Salmo 96: Que todos alaben al Señor

Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.

Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.

Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.

Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: “El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.”

Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,

delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y  los pueblos con fidelidad.

3.      Introducción:

A partir de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida, Brasil, hemos sido convocados a una Misión Permanente. ¿En qué consiste? En que los católicos seamos en verdad discípulos de Jesús, que nos acerquemos más a El, que lo conozcamos y tratemos de vivir conforme a su Palabra. Y que luego seamos misioneros, que lleven el mensaje salvador a las familias, a las casas, a las colonias, a los compañeros de escuela y de trabajo, por todas partes, para que colaboremos, con la Vida de Cristo, a renovar la sociedad y la Iglesia; para que seamos como los primeros cristianos, que acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia fraterna, a la fracción del pan y a las oraciones: Hech 2,42. Una preocupación pastoral urgente es llevar el mensaje de salvación, con la Palabra de Dios y con el amor fraterno, a los que están más alejados de Dios y de la Iglesia, con una pastoral misionera renovada y creativa.

4.      Lectura bíblica: Rom 10,9-18
            Después de la lectura, se deja un momento de reflexión y oración personal en silencio.

5.      Exposición:

a)      Jesús llama a los que quiere, para que estén con El, y luego enviarlos a predicar: Mc 3,13-15.
b)      Un verdadero discípulo de Jesús, se hace necesariamente su misionero: Juan y Andrés,  después de que conviven con Jesús, invitan a otros a seguirlo: Jn 1,35-42. Lo mismo pasó con Felipe, quien acercó a Natanael hacia Jesús: Jn 1,43-49. Es el mismo proceso que siguió Pablo: después de conocer a Jesús, se hace su misionero hasta dar la vida por El: Hech 9,1-30
c)      Jesús nos ordena ser sus misioneros: Mc 16, 14-20; Mt 28, 16-20.
d)     El Espíritu Santo nos hace testigos de Jesús; nos da fuerza y sabiduría para demostrar nuestra fe en El y anunciarlo a los demás: Jn 15,26-27; Lc 12,11-12; Hech 1,1-8.
e)      Con su ayuda, no tenemos miedo ni vergüenza de seguir a Jesús y hablar de El: Hech 4,33; 5,27-33,40-42; Mc 8,34-38.
f)       Para ser misionero, hay que ser verdadero discípulo. Es verdadero discípulo quien escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica: Mt 7,21-27. Somos sus discípulos si nos mantenemos fieles a su Palabra: Jn 8,31. Tomar la cruz y renunciar a uno mismo es condición para ser discípulo de Jesús: Lc 9,23-25; 14,27. No debemos avergonzarnos de El: Lc 9,26. El amor es el distintivo que en definitiva caracteriza a los verdaderos discípulos de Jesús: Jn 13,35.
g)      ¿Cómo ser misioneros de Jesús? Ante todo con el testimonio de la propia vida; luego, compartir la Palabra de Dios a los demás, empezando por la propia familia. Invitar a otros a acercarse a El, sobre todo a los más alejados. Conocer la propia fe, para tener buenos cimientos y no nos derrumben las dudas. Defender nuestra fe, no con agresividad ni con ofensas, sino con bases bíblicas y sobre todo con amor. Orar al Señor para que haya más trabajadores en su viña.


6.      Meditación-Oración:

a)      En forma personal y en silencio, reflexionar qué me dice la Palabra de Dios. ¿Soy un verdadero discípulo de Jesús? ¿Soy su misionero? Si el Señor te llama a que le consagres tu vida para ser su misionera, su misionero, su sacerdote, ¿qué le responderás?
b)      En pequeños grupos, compartir lo que cada quien ha meditado.
c)      En plenario, quien quiera libremente le habla al Señor, para darle gracias, adorarle, alabarle, pedirle perdón y hacerle súplicas.

7.      Compromiso:
¿Qué te propones hacer, para vivir más como un verdadero discípulo de Jesús? ¿De qué forma puedes ser su misionero? ¿Qué podemos hacer por tantas personas que están alejadas de Dios y de la Iglesia? ¿Cómo lograr que los católicos tengan una fe más sólida y no cambien de religión?

8.      Canto final:

Por ti, mi Dios, cantando voy
la alegría de ser tu testigo, Señor.


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